Todos somos contingentes pero este blog es necesario

2019 está siendo un año raro:

  • Han vuelto los Jonas Brothers.
  • Un huevo ha batido todos los récords en instagram.
  • El expresidente es testigo en un juicio sobre un referéndum.
  • Nos hemos olvidado un poquito de Rosalía.
  • Solo falta que a la Pantoja se le aparezca el fantasma de Encarna Sánchez.

En esta simulación que nos ha tocado vivir las cosas están más locas que nunca y entre todo ese ruido quizás es difícil que se escuche lo que quiero transmitir con este blog, pero no me preocupa demasiado porque os tengo a vosotros, mi querido nicho.

Esta palabra siempre me ha resultado curiosa, sobre todo por su diferencia de acepciones: Para mi abuela los nichos son las camas donde los matrimonios, y solo los matrimonios, cumplen su responsabilidad reproductiva con la humanidad. Mientras que para mis amigos jugones un nicho es esa gente con la cabeza demasiado malformada como para disfrutar de un juego como Dark Souls.

Por mucho que quiera a mi abuela y lo muchísimo que disfruto de su léxico, en esta ocasión tengo que usar la acepción que se refiere a estos sádicos.

Espero que vosotros seáis mi nicho y que vengáis a este blog por su diferencia con el resto del contenido que hay ahí fuera porque sí, podéis encontrar contenido sobre folklore y también sobre cine de acción pero ni con mis conocimientos de las profundidades de internet he conseguido encontrar algo parecido a esta mezcla.

Además, os hablo a vosotros, millenials y postmillenials, con el discurso y lenguaje que os gustan. Gifs, hilos de twitter, stickers, reacciones divertidas, referencias a cultura de años que no vivisteis, es vuestro pienso diario.

Es lo bueno de tener un tema tan concreto como eje vertebral del blog, si no funciona puedo echaros la culpa a vosotros o a las modas porque en cuanto a la tecnología soy mejor que el mismo Paco Martínez Soria en Estoy hecho un chaval (1977).

Y es que las modas y las tecnologías lo cambian todo pero no las historias que nos siguen gustando. No me digáis que este hilo de Twitter, uno de los mejores de 2018 según ese medio de referencia de lo viral que es el Huffington Post, no tiene el mismo núcleo narrativo que básicamente cualquier película en la que apareciera el gran Paco Martínez soria.

Una madre de pueblo que se pierde en la capital, clasismo, sí, pero no nuevo.

Antes de que busque más excusas para meter escenas de ¡Se armó el belén! (1969) voy a ir cerrando con una conclusión. Si no funciona este blog no será culpa vuestra, ni de mi procastinación, planteaos la posibilidad de que el niño que esté jugando a los Sims con nuestras vidas me haya dejado encerrado en una piscina sin escaleras en una creación que tiene lo mismo de inocente que de sádica.

Cosas más raras han pasado en este universo:

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